Los aztecas forman parte de una cultura que vivió antes de la colonización en tierras mexicanas, estos vivían en la antigua ciudad de Tenochtitlán, y en sus tiempos se encargaron de dejarnos mil historias de sucesos poco comunes de esa época.
Leyendas aztecas cortas
La leyenda del maíz
Cuenta la leyenda que en sus tiempos, los aztecas no tenían otro alimento que no fueran las raíces y los animales que estos cazaban, estaban cansados, por lo que decidieron pedirle al Dios Quetzalcóatl un alimento nuevo.
Anteriormente pidieron otros dioses su ayuda, pero resulta que el maíz se ubicaba detrás de las montañas que rodeaban toda la ciudad azteca, y ni con toda su fuerza podían mover estas montañas para abrir paso.
En cambio, la jugada del Dios Quetzalcóatl fue distinta, ya que decidió utilizar su inteligencia y convertirse en un diminuto animal para atravesar las montañas por sus grietas, y traer desde los maizales un solo grano, que con este podrían crear un nuevo maizal que los alimente hasta el final de su pueblo.
La leyenda de la creación
Hace millones de años, existía una diosa llamada Coatlicue, que tuvo más de 400 hijos que se convirtieron en estrellas, y dos que se llamarían Coyolxauhqui y Quauitlicac (uno de los 400). Venía otro hijo en camino llamado Huitzilopochtli, lo que Coyolxauhqui consideró como un hecho grave, así que con sus 400 hermanos decidió planear matar a su madre Coatlicue.
Quien era parte de la planeación, Quauitlicac sintió algo de pena por su madre, por lo que fue y le contó al bebé en el vientre (Huitzilopochtli), sobre el plan que tenían sus hermanos. Al ejecutar su plan, los hermanos y Coyolxauhqui decidieron ir a por su madre para asesinarla, cuando en ese momento nace Huitzilopochtli, quien da una gran lucha contra su hermana, acabando venciendo y defendiendo a su madre.
A los 400 hermanos los convirtió en estrellas, mientras que a su hermana le cortó la cabeza y la arrojó al cielo, convirtiéndola así en la luna.
El Sol y la Luna
Cuenta la leyenda la existencia de 5 soles que fueron turnándose por ser quien de la iluminación al planeta; el sol del tigre, del viento, de la lluvia, y del agua. Cada uno acabando con su población por sus características.
Esto llevó a los dioses a convocar una reunión, en la cual tratarían quien sería el quinto sol, a lo que el Señor de los Caracoles dio un paso adelante y se ofreció firmemente para ocupar este puesto. Además de él, debían elegir a otro para que hiciera de luna, por lo que llamaron a un pequeño Dios feo y poco fuerte.
Fueron a las montañas que actualmente son la pirámide del sol y la luna, creando una gran hoguera para que se sacrificasen para convertirse en estos cuerpos celestiales, el Señor de los Caracoles dudó y dio un paso atrás, provocando la desesperación de los dioses hasta que lo empujaron, mientras que el pequeño y poco fuerte Dios se lanzó con osadía y seguridad convirtiéndose en el sol, mientras que el enojón y cobarde señor de los caracoles se convirtió en la luna.
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